Preguntarse cómo ser un mejor padre es el punto de partida
para implementar ejercicios que permitan conocer y vincularse mejor con los
hijos.
"Una familia feliz no es sino un paraíso anticipado",
escribió el filósofo inglés Sir John Bowring en el siglo XVIII. Pero ¿qué
entendemos hoy por una familia? ¿una pareja con hijos, una madre soltera que
vive con sus padres o dos niños cuyos progenitores están divorciados?.
No importa cómo es la estructura familiar, sino cómo se
vinculan sus miembros, qué estrategias usan para resolver conflictos, cuán
felices son, si se sienten escuchados y respetados, y si existe una real
comunicación afectiva entre padres e hijos.
Hay muchas formas de fortalecer
las relaciones familiares y las competencias parentales. Realizar actividades familiares, una comunicación
basada en los afectos, la valoración de las necesidades de cada uno de los
miembros del grupo son algunos de los consejos para una vida familiar armónica.
1. Comunicación emocional
La clave para fortalecer el vínculo familiar es la
comunicación afectiva, verbal y no verbal. La familia debe constituir un
espacio de intercambio de información cognitiva y afectiva que permita a los niños
sentirse escuchados, pero al mismo tiempo, cercanos a los adultos.
La comunicación emocional implica, además, que los padres
sean capaces de descifrar actitudes en sus hijos que muchas veces no son
capaces de expresar en palabras. Al mismo tiempo, los adultos deben preocuparse
de transmitir a través de gestos y estados de ánimo, mensajes positivos. Que
los hijos vean padres contentos por la vida es un imperativo para hacerlos
felices.
2. Imagen positiva
Existe la creencia de que criar es sinónimo de corregir y
criticar. Sin embargo, la crítica negativa no modifica comportamientos, sólo
siembra una negativa imagen de sí mismos en los hijos. Para los más pequeños es
muy dañina la crítica, ya que no tienen la experiencia para procesar lo que tu
dices de ellos. Si les dices que no son inteligentes, crecerán con ese disfraz.
Lo más importante es que el niño reciba de parte de los
padres mensajes que signifiquen esperanza, sensación de que es capaz de
enfrentarse y afrontar el mundo sin temor, y de que él ha significado para los
adultos una gran alegría, que están de su lado, cercanos.
3. El buen humor
Un factor que juega en contra de un ambiente familiar
nutritivo es el mal humor. Algunos adultos rara vez ríen con sus hijos y pasan
gran parte del tiempo malhumorados por las múltiples demandas que enfrentan
sobre todo las madres. "El desafío es ser capaces de 'transmutar las
emociones', de continuar siendo amorosos a pesar de la carga de trabajo, del
cansancio y el hastío diario.
El sentido del humor, así como el mal humor, son reacciones
contagiosas. Cuide que en su casa domine el primero. Puedes, por ejemplo, tomar
nota y reconocer qué hace reír a tus hijos, escuchar sus anécdotas y chistes, y
hacerlos participes de las buenas noticias y de su buen ánimo.
4. Mejores padres
¿Cómo ser mejores padres? Ya preguntárselo constituye un
factor que fortalece a la familia. Pero también es importante como padre observar
a los hijos, descubrir quiénes son, qué necesitan y qué los hace felices.
Reconocer sus intereses y valorar lo que hacen los niños los ayuda a sentir que
ocupan un lugar valioso en la vida de los padres.
Lo esencial es aprender a disfrutar la compañía de los hijos
y no intentar "cambiarlos" permanentemente o estar siempre intentando
enseñarles algo. "Si la mayor parte de las relaciones que el niño
establece con sus padres están cargadas de significación positiva, los
recuerdos que tendrá de su niñez le permitirán explorar el mundo con la
sensación de contar con un apoyo incondicional.
Familia democrática
versus autoritaria
Los expertos coinciden que las familias con un estilo de
relaciones más democráticas, donde las decisiones se toman de común acuerdo,
son las más saludables, especialmente para los niños, pues generan menores más
creativos, independientes y seguros.
Una familia centrada en el afecto y el apoyo, donde hay más
permisos y cariño que prohibiciones y castigos, crea ambientes en que todos se
sienten cómodos y participativos, mejor recibidos. Pero es importante añadir
que no existe una familia ideal que no incluya normas claras, pero flexibles.
Debilidades que
atentan contra la familia
Un clima hostil en el hogar es uno de los principales
enemigos del vínculo familiar. Este se origina por la incapacidad de los padres
de llevar una relación de pareja armónica, de resolver los conflictos insanos y
cuando no hay espacios para que los hijos expresen su opinión. Estos son
algunas de las actitudes que debilitan la relación familiar:
Empatía: no ser capaz de ponerse en el lugar del otro. Se
antepone el propio estado anímico y frustraciones cotidianas, por sobre las
necesidades familiares.
Tiempo: que el tiempo que se pasa en torno a la tecnología
(TV, móvil, PC) termine quitándole espacio a las actividades como los almuerzos
en familia, las conversaciones entre padres e hijos y paseos, entre otros.
Conflictos: cuando los problemas son resueltos con
frecuencia sin que haya negociación, ni tomando en cuenta la opinión de todos
los miembros de la familia y, generalmente, con una cuota de violencia verbal
innecesaria.
2 comments:
Hola Jorge, como te puedo escribir directamente? me ineresa mucho tu blog! saludos
Hola Jorge! me interesó mucho tu blog, tienes un correo para escribirte? Saludos
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