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Pregunta: Quiero preguntar acerca de un problema que ha pasado de ser una molestia a realmente preocuparme. Mi hijo, que tiene 13 años va a una escuela con estándares bastante elevados. Los estudiantes deben manejar mucho por su cuenta y tienen una gran cantidad de deberes.
Pregunta: Quiero preguntar acerca de un problema que ha pasado de ser una molestia a realmente preocuparme. Mi hijo, que tiene 13 años va a una escuela con estándares bastante elevados. Los estudiantes deben manejar mucho por su cuenta y tienen una gran cantidad de deberes.
Hasta ahora mi hijo no tiene problemas en la escuela a la hora de clase, pero no consigue estudiar y hacer los deberes que tiene para la casa. Ahora, esto empieza a notarse en su rendimiento escolar.
Cuando le digo que haga sus deberes, a menudo hay conflicto. A veces dice que ya los ha hecho o que no tiene ninguno, aunque si tiene deberes. Cuando le ayudo con los deberes protesta y hace todo para evitarlo. Cuando no entiende o lo hace mal y trato de explicarle ee enoja o a veces se pone triste. Yo por desgracia también me enfado porque siento como si ni siquiera lo intenta y sólo trata de delegar la responsabilidad a mí o los maestros. A menudo termina con una pelea y con los deberes sin hacer.
Realmente no sé por qué le cuesta tanto ponerse a hacer los deberes. Podrá aplazar las cosas que debe hacer al infinito, y aunque él dice que no le importa cómo le va en la escuela, creo que tiene estándares bastante altos para consigo mismo. Él siempre ha tenido problemas de concentrarse en una cosa a la vez.
¿Cómo puedo animar a mi hijo y cuánto debo empujar?
Respuesta: Los deberes escolares son un dolor de cabeza recurrente para muchos padres. Un estudio reciente mostró que la mayoría de los escolares se estresan sobre los deberes y exámenes. Además, los deberes quitan mucho tiempo de la vida familiar y, a menudo conduce a peleas y conflictos. La pregunta es si los beneficios educativos de tener deberes merecen el tiempo y esfuerzo que se necesita.
Al mismo tiempo, no puedes simplemente ignorar si tu hijo se niega a hacer los deberes. Aunque las causas de porque un niño no quiere hacer los deberes pueden variar, la falta de motivación sueles ser un factor importante. Entonces la pregunta no es si, sino cómo puedes motivar a tu hijo a hacer los deberes.
Para empezar, es recomendable centrarse en cómo tu hijo está trabajando con los deberes en lugar de la cantidad de tiempo que dedica. En los estudios mencionados, se ha demostrado que el tiempo que un estudiante pasa con los deberes significa mucho menos que el compromiso y la experiencia de hacer los deberes. Por lo tanto, una meta debe ser reducirlo a poco tiempo de trabajo durante formas más agradables. No es siempre posible, por ejemplo si la tarea es hacer un número de páginas con ejercicios en un libro.
¿Qué puedes hacer para que tu hijo sienta más dedicación y alegría cuando él está estudiando?
Una sugerencia general es tratar de estar de acuerdo con él niño acerca de cómo se puede hacer. Elija una ocasión cuando está de buen humor y no tiene un montón de deberes que se cierne sobre él.
¿Cuándo, dónde y cómo le gustaría trabajar con los deberes?
¿Cómo quiere que le ayudes tú?
¿Qué es lo que no quiere que hagas o digas?
El truco es hacer preguntas abiertas y darle mucha influencia sobre la situación. Está claro que la motivación y el compromiso de los niños aumentan cuantos más sienten que tienen la libertad de controlar el trabajo escolar. Antes de tener la conversación con tu hijo, también podría ser bueno tener un diálogo con la escuela sobre las exigencias y lo que ellos piensan que debería ser una prioridad para tu hijo en el caso de no poder terminar todos los deberes,
¿Hay alguna materia que debe priorizar?
Cuando empieza a trabajar en una materia, y le estas ayudando, hay algunas cosas que puedes tener en cuenta. En primer lugar, debes centrarse en el contenido y los objetivos de la lección.
¿Qué es lo que tiene que aprender?
¿Qué le sirve aprenderlo?
La idea no es empezar a dar conferencias sobre el tema, sino hablar con él acerca de lo que él piensa sobre el tema. Sabemos que si los padres ayudan a que los niños se concentren en la materia misma, en lugar de en el rendimiento o resultado, la motivación y la satisfacción del trabajo aumenta.
Otras formas de fomentar el compromiso de su hijo con el trabajo escolar puede ser mostrar interés personal en el tema en cuestión o relacionarlo a algo que le interesa. El punto es que la motivación se basa en el interés de aprender algo más que simplemente ver el estudio como medio para superar un examen u obtener calificaciones.
Seguramente la mayoría de los padres son conscientes de ello, pero cuando el niño se resiste es fácil que la situación termine en discusiones acerca de las consecuencias de no hacer los deberes. Entonces tienes que tratar de cambiar el enfoque hacia el tema en sí de nuevo.
Puede suceder, por supuesto, que tu hijo no ve ningún sentido en absoluto con un ejercicio, o simplemente no quiere hacerlo. Una trampa insidiosa es comenzar a discutir y tratar de convencer a un niño en ese estado.
En ese caso es mejor confirmar que entiendes que a veces los deberes parecen inútiles y aburridos.
Muestra comprensión si se enoja y frustra cuando las cosas van mal.
Si muestras empatía por sus emociones negativas aumenta la posibilidad de que él pueda volver a intentarlo.
En el mismo sentido, es bueno evitar expresiones como "debes" o “si no estudies..”. Esta comunicación hace que el niño pierde su propia motivación y comienza a protestar contra la presión percibida.
Muchos padres describen como los niños se enojan cuando les va mal con los deberes y lo utilizan como excusa de dejar de hacer los deberes. Desde luego, puede resultar muy frustrante para los padres en este tipo de situaciones, pero trata de refrenar las emociones. Hay varios estudios que demuestran lo importante que es que los padres demuestren emociones positivas y de apoyo durante el trabajo con los deberes, especialmente cuando algo va mal.
Esto no significa que debes pasar por alto los errores y animar al niño excesivamente. Cuando los niños cometen errores, aprenden más y se sienten mejor si los padres se mantienen tranquilos e intentan ayudarles a entender lo que salió mal. A la larga se hace más fácil manejar errores si mostramos que se puede hablar de ellos, aunque puede que no sea posible hacerlo sólo cuando las emociones están en alto.
Por último, un consejo acerca de un método que a veces se utiliza para ayudar a los niños que tienen dificultades con la concentración y la atención. Pueden utilizar una especie de diario, en el que anotan, antes de ponerse a estudiar, que es lo que van a hacer, cuanto tiempo van a estar trabajando y como se sienten. Cuando hayan terminado, anotan lo que realmente han hecho, lo que han aprendido y otra vez cómo se sienten. A través del diario el niño se vuelve más consciente de cómo trabaja con los deberes, lo que lleva a una mejor autodisciplina.
¿No hay un riesgo de que el hijo ignora por completo los deberes empezamos a comunicar de esta manera con menos presión?
No se puede descartar, pero el hecho es que en estudio tras estudio muestran que los padres y profesores que apoyan la libertad y la independencia de los niños llega mucho más lejos que los adultos que intentan ejercer control. Los niños se motivan más, se sienten mejor y tienen un mejor desempeño. Tal vez no sea tan sorprendente si cambiamos la perspectiva.
¿Cómo te sientes cuando tu jefe dice que tienes que hacer una tarea aburrida, que habrá consecuencias si no consigue hacerlo y luego viene cada cinco minutos para comprobar que estás trabajando?
Que dice la investigación?
Un estudio que comparó los resultados de la prueba (PISA) en 40 países de la OCDE con el tiempo que los estudiantes pasan haciendo deberes escolares. El estudio muestra que no hay una conexión clara. Por ejemplo, estudiantes de un país dedicaban menos tiempo en las tareas que cualquier otro país, pero tenían un resultado muy por encima del promedio,
Un estudio, donde se podía ver pequeños efectos positivos de tener y hacer muchos deberes, pero los efectos desaparecieron cuando se tomaba en cuenta otras circunstancias. En cambio el estudio demostró que los estudiantes que hicieron los deberes de una manera comprometida y tenían sentimientos más positivos asociados con la tarea tuvieron un mejor desempeño en el tiempo...
Un estudio que asignó al azar a los alumnos en dos grupos. Uno que tenían influencia sobre que deberes querían tener y otro que los profesores se les asignaron deberes. Los estudiantes en el grupo que tuvo elección estaban más motivados, sentían que hacían los deberes mejor y tuvieron un mejor desempeño...
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