¿Puede la alimentación ser causa de o aumentar algunos de los síntomas de déficit de atención y/o hiperactividad?
Los investigadores y médicos todavía no tienen una respuesta clara pero hay varias dietas que
se han utilizado como complemento en el
tratamiento del TDAH. Por ejemplo la dieta libre de aditivos, la dieta oligoalergénica,
la dieta de lácteos y gluten y la dieta de restricción de azúcar
( o del índice glucémico).
Aunque hay muchos testimonios
de que estas dietas han funcionado para algunas personas no se ha encontrado suficiente
evidencia científica que determine que el tratamiento dietético a partir de
restricciones en la dieta o suplementos mejoren los síntomas del TDAH.
Sí es cierto que hay estudios
y publicaciones recientes que apoyan algunos de estas dietas que vamos a
describir a continuación y a falta de estudios fehacientes también podemos
ayudarnos de la propia experiencia; las personas más cercanas a los niños son
capaces de percibir efectos en la dieta que los médicos no detectan.
Una dieta por sí sola
no es la solución a los problemas de TDAH en niños pero puede en algunos casos disminuir
los síntomas. Además, no sólo los niños
con TDAH sino también sus hermanos y padres se pueden beneficiar de un cambio a
una dieta más saludable.
Lo más importante
primero: Tomar desayuno y disminuir la ingesta de azúcar
Siempre nos han hablado de la importancia de un buen
desayuno. Pues para un niño con TDAH es aún más importante que tome un buen
desayuno, que le pueda alimentar y dar energía estable hasta el almuerzo.
Los problemas de TDAH, cómo la inatención, la hiperactividad
e impulsividad, son agravados cuando el cae el nivel de azúcar en la sangre
rápido. Los productos con un contenido alto en azúcar proporcionan una rápida
sensación de satisfacción cuando el azúcar en la sangre se eleva. Este aumento,
sin embargo, lleva a una elevada producción de insulina en el cuerpo y como
consecuencia el azúcar en la sangre cae en picado. Incluso para un niño (o
adulto) que no tiene TDAH, esto puede provocar irritabilidad y cansancio, pero para
un TDAH refuerza los síntomas del TDAH.
Por eso es muy importante que un niño con TDAH coma con
regularidad y además puede ser necesario tener un snack extra a mano entre
comidas, eso sí, evitando los azucares refinados, para evitar estos ciclos de hiperglucemia e
hipoglucemia que alteran el comportamiento.
En un estudio realizado en University of Northumbria,
Newcastle se ha medido el efecto del nivel de azúcar para las funciones
cognitivas en niños (sin problemas de inatención e hiperactividad) y los resultados
indican que de forma natural hay una disminución de rendimiento en cuanto a
precisión y atención en los niños durante la mañana. Sin embargo esta
disminución se puede reducir de manera significativa con la ingesta de un
cereal con bajo índice glucémico en comparación con un cereal con alto índice
glucémico.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17224202
Los alimentos con índice glucémico alto son todos los alimentos
con carbohidratos “blancos” que se transforman en glucosa (azúcar) rápidamente
en el cuerpo, por ejemplo cereales azucarados, o de maíz o arroz y el pan
blanco. Es aconsejable reemplazarlo por
proteínas y carbohidratos con un índice glucémico más bajo como por ejemplo copos
de avena, frutos secos, un pan integral con jamón, huevo o queso y una taza de leche.
Aquí puedes leer más sobre la dieta de índice glucémico, es
una dieta que se puede adaptar a toda la familia fácilmente:
Eliminación de colorantes
y otros aditivos en la dieta
Los colorantes y otros aditivos están presentes en la mayoría
de los productos alimenticios que compramos en el supermercado hoy en día. Empieza a mirar el contenido de los productos
que tienes en el carro de compra y te darás cuenta que hay más aditivos (por
ejemplo los “E”s) de los que pensabas. Para no hablar del azúcar añadido… Un
alto consumo de colorantes se asocia con el comportamiento hiperactivo en niños
tanto preescolares como de edad escolar.
Un equipo de investigadores
en University of Southampton, Southampton, realizó un estudio en niños
(sin diagnóstico) de 3 años y de 8/9 años para ver cómo les afecta los
colorantes en la comida a los niños.
Encontraron pruebas de que los colores artificiales o un
conservante, benzoato de sodio (o ambos) en la dieta resultan en un aumento de
la hiperactividad en los niños. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17825405
También otro estudio de Australia ha demostrado una relación
entre el colorante tartracina (E102) y el aumento de la irritabilidad, que se
manifiesta en “piernas inquietas” y en insomnio en niños de 2 a 14 años. El
efecto fue más grande en niños calificados por sus padres como hiperactivos. La
tartracina (E 102) es un aditivo colorante orgánico del tipo nítrico
(denominados azoicos), de tono amarillo cítrico.
Rowe KS, Rowe KJ. Synthetic food coloring and
behavior: a dose response effect in a doubleblind, placebo-controlled,
repeated-measures study. J Pediatr. 1994;125:691-8.
Estos sólo algunos de los estudios que se han realizado y
aunque todavía falta más evidencia para poder decir con seguridad el efecto que
tienen estos aditivos, en los niños con diagnóstico de TDAH puede ser
justificado reducir el consumo de ciertos aditivos y colorantes alimentarios.
Para probar si tiene algún efecto para un niño en
particular, se debe eliminar todos los productos que contienen aditivos durante
3 a 4 semanas que es el periodo necesario para poder ver un posible
efecto. Primero haz un registro sobre la
cantidad de aditivos que contiene la dieta actual de tu hijo y cuáles son los
productos que consume. Después elimina estos productos de la dieta de tu hijo,
busca alimentos alternativos para sustituirlo.
Esto requiere llevar la lista de elementos no deseados al supermercado y
revisar los productos antes de comprarlos.
Si tu hijo come en el colegio necesitas hablar con el
profesor o responsable del comedor para identificar qué alimentos sirven que no
debería comer. Haz una lista de los alimentos que no puede comer tu hijo y
entregarle al colegio para que lo cambien los alimentos.
En general debemos plantearnos la necesidad de utilizar
aditivos, colorantes, y conservantes en la comida. Sirven para tentarnos a
elegir productos industriales menos saludables y todavía no sabemos todo sobre cómo
estas sustancias afecta a nuestra salud a corto y largo plazo.
Algunos aditivos que pueden agravar al hiperactividad según los
estudios son:
E102 - tartrazina (amarillo)
E104 - quinolina (amarillo)
E107 - amarillo 2G
E111 - sunset amarillo
E123 - amaranto (rojo)
E124 - ponceau 4R (verde)
E211 - benzoato de sodio (conservante)
Los ácidos grasos
omega 3 y 6
Por último cabe mencionar otra línea de investigación que pretende
estudiar esta correlación: la suplementación con ácidos grasos omega 3 y 6. Los
ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 son nutrientes que no puede sintetizar el
organismo pero que son necesarios para el cumplimiento de funciones biológicas
y que, por tanto, tienen que aportarse con la alimentación.
Los ácidos grasos omega 3 y 6 están implicados en el desarrollo visual y cerebral y el déficit de estos ácidos grasos esenciales
puede ocasionar trastornos del comportamiento como la hiperactividad y el
déficit de atención y es importante tener un buen equilibrio entre estos dos ácidos grasos.
Si sospecha que tu hijo no ingiere suficiente de grasos
ácidos a través de la alimentación (quizás no le gusta el pescado) puede darle
cápsulas de aceite de pescado ricos en los ácidos grasos esenciales EPA y DHA.
Pregunta en la farmacia por las marcas y la dosis recomendada según la edad.
Ácidos grasos
esenciales
Algunos de los ácidos grasos reciben el nombre de
esenciales, porque el organismo no puede sintetizarlos, sino que es necesario
que se obtengan a partir de la alimentación. Son el ácido alfa linolénico (de
la familia omega-3) y el ácido linoleico (de la familia omega-6).
- El ácido alfa linolénico se encuentra en el pescado graso,
semillas de lino, vegetales de hoja verde, aceite de canola, o nueces.
- El ácido linoleico se encuentra en los aceites de girasol,
cártamo, sésamo, maíz borraja y onagra.
Los ácidos
grasos más importantes
- Alfa linolénico, del que ya hemos hablado.
- Ácido eicosapentanoico (EPA), de la familia omega-3. Ayuda a
regular la inflamación, el sistema inmunitario, la circulación y la coagulación
sanguínea. Se encuentra en el pescado graso principalmente.
- Ácido docosahexanoico (DHA), de la familia omega-3. Juega un
papel importante en el desarrollo del cerebro y la retina en bebés. También
juega un papel importante en la salud de las articulaciones y la función
cerebral. Se encuentra en el pescado graso principalmente y también en el huevo
y algunos tipos de algas.
- Ácidogamma linoleico (GLA), de la familia omega-6. Interviene
en el funcionamiento del cerebro, la salud de las articulaciones y el
equilibrio hormonal. Se encuentra en el aceite de borraja y de onagra.