Friday, May 03, 2013

El TDAH y la alimentación

¿Puede la alimentación ser causa de o aumentar algunos de los síntomas de déficit de atención y/o hiperactividad?
Los investigadores y médicos todavía no tienen una respuesta clara pero hay varias dietas que se han utilizado como complemento  en el tratamiento del TDAH. Por ejemplo la dieta libre de aditivos, la dieta oligoalergénica, la dieta de lácteos y gluten y la dieta de restricción de azúcar ( o del índice glucémico).



Aunque hay muchos testimonios de que estas dietas han funcionado para algunas personas no se ha encontrado suficiente evidencia científica que determine que el tratamiento dietético a partir de restricciones en la dieta o suplementos mejoren los síntomas del TDAH.

Sí es cierto que hay estudios y publicaciones recientes que apoyan algunos de estas dietas que vamos a describir a continuación y a falta de estudios fehacientes también podemos ayudarnos de la propia experiencia; las personas más cercanas a los niños son capaces de percibir efectos en la dieta que los médicos no detectan.

Una dieta por sí sola no es la solución a los problemas de TDAH en niños pero puede en algunos casos disminuir los síntomas.  Además, no sólo los niños con TDAH sino también sus hermanos y padres se pueden beneficiar de un cambio a una dieta más saludable.


Lo más importante primero: Tomar desayuno y disminuir la ingesta de azúcar

Siempre nos han hablado de la importancia de un buen desayuno. Pues para un niño con TDAH es aún más importante que tome un buen desayuno, que le pueda alimentar y dar energía estable hasta el almuerzo.  
Los problemas de TDAH, cómo la inatención, la hiperactividad e impulsividad, son agravados cuando el cae el nivel de azúcar en la sangre rápido. Los productos con un contenido alto en azúcar proporcionan una rápida sensación de satisfacción cuando el azúcar en la sangre se eleva. Este aumento, sin embargo, lleva a una elevada producción de insulina en el cuerpo y como consecuencia el azúcar en la sangre cae en picado. Incluso para un niño (o adulto) que no tiene TDAH, esto puede provocar irritabilidad y cansancio, pero para un  TDAH refuerza los síntomas del TDAH.

Por eso es muy importante que un niño con TDAH coma con regularidad y además puede ser necesario tener un snack extra a mano entre comidas, eso sí, evitando los azucares refinados,  para evitar estos ciclos de hiperglucemia e hipoglucemia que alteran el comportamiento.

En un estudio realizado en University of Northumbria, Newcastle se ha medido el efecto del nivel de azúcar para las funciones cognitivas en niños (sin problemas de inatención e hiperactividad) y los resultados indican que de forma natural hay una disminución de rendimiento en cuanto a precisión y atención en los niños durante la mañana. Sin embargo esta disminución se puede reducir de manera significativa con la ingesta de un cereal con bajo índice glucémico en comparación con un cereal con alto índice glucémico. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17224202

Los alimentos con índice glucémico alto son todos los alimentos con carbohidratos “blancos” que se transforman en glucosa (azúcar) rápidamente en el cuerpo, por ejemplo cereales azucarados, o de maíz o arroz y el pan blanco.  Es aconsejable reemplazarlo por proteínas y carbohidratos con un índice glucémico más bajo como por ejemplo copos de avena, frutos secos, un pan integral con jamón,  huevo o queso y una taza de leche.
Aquí puedes leer más sobre la dieta de índice glucémico, es una dieta que se puede adaptar a toda la familia fácilmente:

Eliminación de colorantes y otros aditivos en la dieta

Los colorantes y otros aditivos están presentes en la mayoría de los productos alimenticios que compramos en el supermercado hoy en día.  Empieza a mirar el contenido de los productos que tienes en el carro de compra y te darás cuenta que hay más aditivos (por ejemplo los “E”s) de los que pensabas. Para no hablar del azúcar añadido… Un alto consumo de colorantes se asocia con el comportamiento hiperactivo en niños tanto preescolares como de edad escolar.

Un equipo de investigadores  en University of Southampton, Southampton, realizó un estudio en niños (sin diagnóstico) de 3 años y de 8/9 años para ver cómo les afecta los colorantes en la comida a los niños.
Encontraron pruebas de que los colores artificiales o un conservante, benzoato de sodio (o ambos) en la dieta resultan en un aumento de la hiperactividad en los niños. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17825405

También otro estudio de Australia ha demostrado una relación entre el colorante tartracina (E102) y el aumento de la irritabilidad, que se manifiesta en “piernas inquietas” y en insomnio en niños de 2 a 14 años. El efecto fue más grande en niños calificados por sus padres como hiperactivos. La tartracina (E 102) es un aditivo colorante orgánico del tipo nítrico (denominados azoicos), de tono amarillo cítrico.
Rowe KS, Rowe KJ. Synthetic food coloring and behavior: a dose response effect in a doubleblind, placebo-controlled, repeated-measures study. J Pediatr. 1994;125:691-8.

Estos sólo algunos de los estudios que se han realizado y aunque todavía falta más evidencia para poder decir con seguridad el efecto que tienen estos aditivos, en los niños con diagnóstico de TDAH puede ser justificado reducir el consumo de ciertos aditivos y colorantes alimentarios.

Para probar si tiene algún efecto para un niño en particular, se debe eliminar todos los productos que contienen aditivos durante 3 a 4 semanas que es el periodo necesario para poder ver un posible efecto.  Primero haz un registro sobre la cantidad de aditivos que contiene la dieta actual de tu hijo y cuáles son los productos que consume. Después elimina estos productos de la dieta de tu hijo, busca alimentos alternativos para sustituirlo.  Esto requiere llevar la lista de elementos no deseados al supermercado y revisar los productos antes de comprarlos.

Si tu hijo come en el colegio necesitas hablar con el profesor o responsable del comedor para identificar qué alimentos sirven que no debería comer. Haz una lista de los alimentos que no puede comer tu hijo y entregarle al colegio para que lo cambien los alimentos.

En general debemos plantearnos la necesidad de utilizar aditivos, colorantes, y conservantes en la comida. Sirven para tentarnos a elegir productos industriales menos saludables y todavía no sabemos todo sobre cómo estas sustancias afecta a nuestra salud a corto y largo plazo.

Algunos aditivos que pueden agravar al hiperactividad según los estudios son:
E102 - tartrazina (amarillo)
E104 - quinolina (amarillo)
E107 - amarillo 2G
E111 - sunset amarillo
E123 - amaranto (rojo)
E124 - ponceau 4R (verde)
E211 - benzoato de sodio (conservante)

Los ácidos grasos omega 3 y 6

Por último cabe mencionar otra línea de investigación que pretende estudiar esta correlación: la suplementación con ácidos grasos omega 3 y 6. Los ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 son nutrientes que no puede sintetizar el organismo pero que son necesarios para el cumplimiento de funciones biológicas y que, por tanto, tienen que aportarse con la alimentación.

Los ácidos grasos omega 3 y 6 están implicados en el  desarrollo visual y cerebral  y el déficit de estos ácidos grasos esenciales puede ocasionar trastornos del comportamiento como la hiperactividad y el déficit de atención y es importante tener un buen equilibrio entre  estos dos ácidos grasos.

Si sospecha que tu hijo no ingiere suficiente de grasos ácidos a través de la alimentación (quizás no le gusta el pescado) puede darle cápsulas de aceite de pescado ricos en los ácidos grasos esenciales EPA y DHA. Pregunta en la farmacia por las marcas y la dosis recomendada según la edad.

Ácidos grasos esenciales

Algunos de los ácidos grasos reciben el nombre de esenciales, porque el organismo no puede sintetizarlos, sino que es necesario que se obtengan a partir de la alimentación. Son el ácido alfa linolénico (de la familia omega-3) y el ácido linoleico (de la familia omega-6).

  • El ácido alfa linolénico se encuentra en el pescado graso, semillas de lino, vegetales de hoja verde, aceite de canola, o nueces.
  • El ácido linoleico se encuentra en los aceites de girasol, cártamo, sésamo, maíz borraja y onagra.

Los ácidos grasos más importantes

  • Alfa linolénico, del que ya hemos hablado.
  • Ácido eicosapentanoico (EPA), de la familia omega-3. Ayuda a regular la inflamación, el sistema inmunitario, la circulación y la coagulación sanguínea. Se encuentra en el pescado graso principalmente.
  • Ácido docosahexanoico (DHA), de la familia omega-3. Juega un papel importante en el desarrollo del cerebro y la retina en bebés. También juega un papel importante en la salud de las articulaciones y la función cerebral. Se encuentra en el pescado graso principalmente y también en el huevo y algunos tipos de algas.
  • Ácidogamma linoleico (GLA), de la familia omega-6. Interviene en el funcionamiento del cerebro, la salud de las articulaciones y el equilibrio hormonal. Se encuentra en el aceite de borraja y de onagra.          

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