Es común que los deberes sean asociados a actividades aburridas o agotadoras, mientras que los momentos de relajo y ocio a la libertad. Lo ideal es lograr que los niños cambien esta perspectiva.
Como ejemplo concreto el deber de ordenar su pieza, algo que los niños odian y siempre tratan de evitar. Sería genial poder entregar herramientas de comportamiento a nuestros niños que los ayude a cambiar esa perspectiva. Hacerles sentir que puede ser motivador, energizante y hasta entretenido, sin la necesidad de premios o castigos.
La propuesta es la siguiente:
1.- Saca una foto de su pieza o de su clóset antes de que lo ordene.
2.- Toma otra foto después, cuando ya está ordenado.
3.- Junto con tu hijo analicen ambas fotos y observen cuáles fueron las cosas buenas que aparecieron al ordenar. Deja que él lo descubra y se sienta motivado a mantenerla siempre así.
Lo ideal es empezar a darles motivaciones para que hagan sus deberes desde pequeños, entre los dos y tres años, de manera que los integren como una actividad natural en sus días.
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